Para ahorrar
papel uno imprime sin dejar tanto margen y con un puntaje de fuente mínimo, que
hace difícil su lectura, y como consecuencia, lo que nos ahorramos en papel nos
lo gastamos en tiempo o en lentes.
Gerard Unger es diseñador gráfico y se dedica a crear
tipografías diferentes; entre ellas, Gulliver, una fuente creada en 1993
tomando como premisas la legibilidad y el ahorro de espacio. Al usar esta
fuente en nuestros documentos podemos ahorrarnos un 8% de papel -si lo
comparamos con el uso de una Times New Roman 10-, ya que optimiza el espacio
entre letras y palabras sin dejar de ser legible.
El efecto que
logra Gulliver es que en un puntaje de 10, luce más grande que el mismo puntaje
de Times. Para lograr un aspecto de 10 puntos, Gulliver debe ser reducida a 8.5
puntos. Los caracteres están más cerca y permiten ahorrar espacio en la página para introducir en consecuencia, más contenido.
Sin embargo,
Gulliver tiene un problema, y es su pretensioso creador, pues según sus
requisitos para la compra es que está
limitada únicamente a 100 licencias, es exclusivamente para organizaciones y compañías cuyas
aplicaciones hagan justicia a sus capacidades de ahorro de espacio. Además, se
debe asegurar que la fuente será aplicada en un mínimo de 20 estaciones de
trabajo, todo esto para hacer a esta fuente realmente exclusiva (ajá).