En el mundo se utilizan más de 1,2 billones de bolsas de plástico al año y la mayoría de ellas son usadas tan sólo unos 12 minutos, tiempo que tardamos en trasladar la compra del súper a nuestra cocina, dónde en la mayoría de los casos acaban siendo desechadas.
El impacto medioambiental que supone que tarden 1.000 años en degradarse, unido al encarecimiento paulatino del petróleo, hacen pararse a pensar si no sería mejor hacerse con una de esas bolsas de compra tan de moda ahora. Algunos diseñadores ya han aportado su granito de arena para evitar el calentamiento global, el efecto invernadero, la contaminación y la explotación forestal que el consumo de las bolsas genera, creando diseños ecológicos.
Anya Hindmarch ha sido la creadora de la famosa bolsa I’m not a plastic bag, que en colaboración con el movimiento we are what we do ayuda a inspirar a las personas actuar diariamente para cambiar el mundo poco a poco.
El reconocido diseñador de modas norteamericano Marc Jacobs también se ha acordado de todas las mujeres que disfrutan con las compras y ha creado las bolsas de shopping de tela. Imitan claramente a las bolsas de cartón que nos dan en las tiendas, con el incentivo de poder llevarlas siempre sin que se arruguen ni estropeen, una opción muy elegante para hacer las compras y prescindir de las bolsas de plástico.
Y por último, otra opción es My Wife Cares About the Environment Shopping Bag. Se trata de una bolsa ecológica con un mensaje muy original: Uso esta bolsa porque mi mujer se preocupa por la ecología.
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